Como es natural, si alguna vez has tenido que incinerar a un ser querido, la firma de la autorización y la posterior recogida de sus cenizas haya sido tu mayor preocupación. De hecho, es probable que nunca te hayas planteado en qué consiste realmente el proceso de incineración en una funeraria y cómo el cuerpo es reducido a cenizas.
Desde el equipo especializado de Interfunerarias, consideramos que es importante que comprendas el cuidadoso protocolo que debe seguir este procedimiento, garantizando así que tu ser querido reciba una despedida respetuosa y profesional.
Antes de iniciar el proceso de incineración
Para poder proceder con la cremación, es necesario presentar una serie de documentos oficiales, que serán revisados minuciosamente para asegurar de que todo esté en orden antes de continuar con el procedimiento.
Estos documentos, incluyen:
- Certificado de defunción: es imperativo presentar este documento oficial expedido por el médico que acredita el fallecimiento de la persona.
- Firma de autorización: la ley exige que un familiar cercano o una persona con vínculo significativo (normalmente el cónyuge, hijos, padres o hermanos) firme la autorización. Este documento se adjunta al expediente del fallecido y sirve como un consentimiento formal para que la incineración tenga lugar.
- Identificación del firmante: la persona encargada de firmar la autorización debe presentar un documento de identidad válido, asegurando así, la legitimidad de la firma.
- Prueba de deseo del difunto: en caso de que el difunto haya dejado por escrito su deseo de ser incinerado, es necesario presentar este documento. Puede ser una declaración ante notario, un testamento vital o cualquier documento válido que exprese claramente su última voluntad.
Preparación del Cuerpo
La preparación del cuerpo es una parte esencial en el proceso de incineración, fundamental para garantizar la seguridad del equipo que maneja el horno crematorio.
Extracción de marcapasos y válvulas
Antes de proceder con la incineración, es necesario llevar a cabo una revisión exhaustiva y retirar cualquier dispositivo electrónico o médico implantado en el cuerpo del difunto, como marcapasos o válvulas bypass.
Las altas temperaturas del horno crematorio pueden provocar la explosión de estos dispositivos si no se extraen previamente, poniendo en peligro la seguridad del equipo.
Limpieza y vestimenta del cuerpo
Una vez revisado y retirados los dispositivos médicos, el siguiente paso es la limpieza y vestimenta del cuerpo del difunto.
La limpieza del cuerpo tiene un profundo significado emocional y cultural, proporcionando dignidad y respeto al ser querido fallecido, además de asegurar que el cuerpo esté en condiciones óptimas antes de proceder con la cremación.
Tras la limpieza, el cuerpo es vestido según los deseos de la familia o las instrucciones dejadas por el propio difunto. La vestimenta puede variar, pero se eligen prendas adecuadas para el proceso, evitando materiales que puedan presentar riesgos durante la cremación.
Preparación del Féretro
En el proceso de incineración, el cuerpo debe ir en un féretro y este debe cumplir con las normativas sanitarias y medioambientales vigentes.
Es indispensable que el féretro esté fabricado con materiales biodegradables, barnizado con productos a base de agua y que esté libre de materiales tóxicos, minimizando así el tiempo de incineración y cualquier contaminación durante el proceso para proteger tanto al personal como al medio ambiente.
Además, deberá retirarse cualquier tipo de decoración o accesorio adherido al féretro, como ornamentos metálicos y plásticos como asas o broches.
Seguridad y seguimiento durante el proceso incineración
La seguridad y seguimiento durante el proceso de cremación es fundamental para garantizar la correcta identificación del difunto, evitar confusiones y asegurar que las cenizas que recibas son las de tu ser querido.
Incineración del Cuerpo
La incineración del cuerpo se lleva a cabo en un horno crematorio diseñado específicamente para alcanzar las temperaturas necesarias para la cremación de manera segura y eficiente.
“Un horno crematorio opera a temperaturas que superan los 800 °C para garantizar que tanto el féretro como el cuerpo del difunto se reduzcan completamente a cenizas y fragmentos óseos.”
Este proceso de combustión está diseñado para ser lo más completo y eficiente posible y suele durar entre 3 y 4 horas. Este tiempo puede variar ligeramente dependiendo del tamaño del cuerpo, tipo de féretro empleado y de las características del horno y su capacidad.
Una vez finalizada la cremación, las cenizas deben ser enfriadas (30 minutos aproximadamente) dentro del horno hasta alcanzar una temperatura adecuada para su manipulación con seguridad. Tras su enfriamiento, serán recogidas y depositadas en una urna para ser entregadas a su familia, garantizando así, el cierre respetuoso y ordenado de este procedimiento.
En resumen, el proceso de incineración en una funeraria implica una serie de procedimientos complejos que deben realizarse con precisión para garantizar una correcta cremación.
En Interfunerarias, reconocemos la importancia de este proceso y nos comprometemos a llevar a cabo cada etapa con el mayor cuidado y profesionalismo posible.