El término “pompa fúnebre” está en deshuso en la actualidad pero aún así se sigue utilizando en algunas comunidades.
En otras, se usa esta palabra para referirnos a un funeral, a un sepelio o, simplemente, para referirnos a un entierro.
¿A qué hacemos alusión exactamente cuando hablamos de pompas fúnebres? ¿Cuál es su historia?
Te lo mostramos todo a continuación gracias a la ayuda de nuestros compañeros de la oficina funeraria en Cádiz.
¿Qué son las pompas fúnebres?
El término viene del latín “pompa”, que significa “procesión, cortejo”.
Y este, a su vez, viene de las palabras griegas πομπή (“pompé”), que quiere decir “envío”, “escolta” o “procesión”; y de πέμπειν (“pémpein”), que significa “enviar”.
Por lo tanto, esta palabra hace referencia a dos definiciones: por un lado a la de acompañamiento opulento, lujoso y numeroso que se hace a algún acto solemne y, por otro, procesión solemne.
Hoy en día, este término se sigue utilizando en algunos lugares para hacer referencia a los actos o ceremonias que se realizan en honor a una persona fallecida.
Se utiliza, por lo tanto, para hablar de los servicios funerarios en sí mismos, sobre todo en lugares como Cataluña o Baleares.
Origen e historia de las pompas fúnebres
Las pompas fúnebres encuentra su germen en el año 1759, cuando el fabricante de gabinetes Anthony Hay se lanzó al negocio de los ataúdes en Williamsburg (Virginia) y poco a poco comenzó a aglutinar otros servicios como la celebración de pompas fúnebres en las casas.
Más de un siglo después, a las puertas del XX, ya había casi 10 000 directores de funerarias en Estados Unidos.
Por aquel entonces la ciudadanía ya había aceptado la importancia de las agencias funerarias de entonces, pues su servicios ya incluían el embalsamiento.
Una práctica que, tras la Guerra Civil del país, se había convertida en la favorita.
Tiempo después, las pompas fúnebres se trasladaron desde los hogares a un entorno más profesional, y en ese momento surgió la necesidad de trasladar los cuerpos desde hospitales o domicilios particulares.
En España, el primer uso documentado del término pompas fúnebres se remonta más atrás, al segundo tercio del siglo XV.
Fue el Arcipreste de Talavera, Alfonso Martínez de Toledo, quien lo incluyo en un texto conocido como Corbacho o Reprobación del amor mundano (Una sátira contra el amor mundano y la lujuria).
No fue el único escritor que lo utilizó, puesto que durante el Siglo de Oro también lo veríamos en obras de Cervantes y Calderón de la Barca.
Inicialmente el término estaba ligado a los funerales ostentosos, propios de familias acaudaladas de la burguesía o la nobleza.
Sin embargo, poco a poco fue saliendo de ciertas esferas, haciendo referencia a todo lo que conlleva la despedida de un ser querido: el traslado, el velatorio, los arreglos florales funerarios, el entierro, etc.
Hoy en día, el término pompas fúnebres se identifica directamente con las funerarias en algunas comunidades autónomas por el servicio que estas prestan.
¿Cómo se anuncian las pompas fúnebres?
Una forma habitual de anunciar los actos que tienen que ver con la despedida de una persona fallecida, es la esquela (Tanto física en periódicos, como online).
No obstante, en los últimos años también se ha incentivado la comunicación de estos actos mediante las redes sociales.
Por todo ello, la forma más tradicional de hacerlo, los anuncios en los tablones han quedado en deshuso excepto en algunas localidades rurales dispersas.
Otra forma habitual de anunciar un fallecimiento de una persona es mediante las campanas de las iglesias de los municipios, que doblan en señal de luto.
Los vecinos y vecinas, una vez identifican el sonido, preguntan por la persona fallecida y, de ser amigo o conocido, se acercan a presentar sus respetos.