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Cómo superar la muerte de una madre [GUÍA]
Cómo superar muerte de una madre

Cómo superar la muerte de una madre [GUÍA]

Tabla de contenidos

La idea de la muerte como proceso natural que todos/as debemos pasar nos acompaña a lo largo de la vida.

Pero saber que es un destino ineludible no nos evita el dolor por la pérdida.

Cuando un ser querido fallece, la manera en que pasamos el duelo dependerá de factores como la madurez emocional, la salud física y mental, el cuidado personal que nos proporcionemos, la capacidad de resiliencia e incluso la espiritualidad.

Cómo afrontar la muerte de una madre

Expertos/as en Psicología explican las características generales del duelo: tristeza profunda e ira, negación, interrupción de las actividades habituales y necesidad de reubicar la vida propia.

Además, cuando la persona que muere es muy cercana, como un una madres o un padre, necesitamos reconfigurar la relación interna para con él/ella.

Hay una serie de síntomas que experimentarás durante el duelo:

  • Psicológicos o emocionales: Pérdida de ilusión, confusión, culpa, ansiedad, irritabilidad, tristeza profunda, ira y rabia dirigida hacia terceros/as (como los profesionales que la atendieron o Dios, si eres creyente).
  • Físicos: Debilidad, problemas de sueño, pérdida o ganancia de peso, falta de apetito sexual, opresión en el pecho y llanto.
  • Sociales: Aislamiento, resentimiento hacia el entorno, asunción de nuevos y tareas que casan con una nueva personalidad.

¿Experimentas alguno de estos síntomas físicos o emocionales del duelo?

Sigue leyendo para aprender de dónde vienen o cómo puedes abordarlas.

No soporto la muerte de mi madre

En los primeros compases del duelo, hay síntomas que se parecen a los de un duelo complicado.

Son normales, pero empezarán a ser preocupantes si la intensidad de esas emociones no decae para permitirte seguir con tu vida.

Las señales que indican que el duelo se ha complicado: tristeza prolongada y un pensamiento constante hacia la otra persona, falta de concentración, añoranza intensa, problemas de aceptación, resentimiento, sensación de que la vida no tiene sentido, falta de confianza o incapacidad para disfrutar.

Hazte algunas preguntas: ¿tienes problemas para llevar a cabo tus tareas cotidianas? ¿Te has aislado parcial o totalmente? ¿Tienes un profundo sentimiento de culpa o una honda tristeza que no logras superar? ¿Sientes que no vale pena seguir adelante? ¿Desearías haber muerto tú en lugar de tu madre?

Si has contestado que sí a una o varias de las preguntas anteriores, puede que una depresión por la muerte de tu madre.

Y nos nos referimos a ese dolor profundo propio de una etapa del duelo, sino a una enfermedad que debes tratarte urgentemente con un/a especialista en Psicología y si no conoces alguno acercate a cualquier de nuestras oficinas funerarias en Madrid, Barcelona, etc y ellos mismos te asesorarán.

Cómo superar la muerte de un madre

Aceptar la muerte de una madre no es fácil, menos aún si la relación con ella ha sido estrecha y la recordamos como una persona cariñosa, afectiva, comprensiva, paciente y con esas otras cualidades que tienen las madres.

Su amor es incondicional y no se parece a ningún otro, ni de amistad ni de pareja.

Y ese sentimiento de orfandad y de haber perdido un pilar fundamental de apoyo acompañará siempre, pero hay que aprender a vivir con ello.

A continuación te mostramos algunas claves para superar el fallecimiento de una madre:

Asume tus emociones

Hemos hablado de ellas al repasar las fases que atraviesa una persona al perder a un ser querido: negación, incredulidad, confusión, tristeza, nostalgia, enfado, desesperación, culpa…

Son emociones normales después de una pérdida y es muy posible que te superen, pues no estamos preparados/as para asumirlas con tanta intensidad.

Tómate tu tiempo para gestionarlas hasta que vayan remitiendo, pero no las ocultes.

Exprésate

Es justo lo contrario de ocultar lo que sientes. Sé sincero/a contigo mismo/a y con los/as demás: si no estás bien, no lo estás. Y es perfectamente normal no estarlo.

La familia suele ser un pilar importante en estos casos, y hay personas que están pasando por lo mismo que tú por la relación que tenían con tu madre y que te pueden ayudar.

Sin embargo, cada cual tiene su proceso y es posible que no sientas que se te escucha.

Todo el mundo no se siente cómodo/a hablando sobre alguien que ha fallecido, así que busca tus cauces para expresarte.

Posiblemente en tu comunidad haya algún grupo de apoyo al que te puedes unir.

Cuídate

Esto es de suma importancia. Debes poner el foco en no tomar caminos equivocados para aliviar un dolor que no es físico (o no solo), es emocional. Y como tal debe tratarse.

¿Atracones continuos de comida basura? No calmarán tu posible ansiedad, pues el dolor seguirá estando ahí cuando termines. ¿Abuso de fármacos como las pastillas para dormir? Te pueden ayudar puntualmente, pero tendrás que aprender a caminar sin esa muleta. ¿Alcohol y drogas para evadirte? Tampoco te ayudarán a superarlo, y te acarrearán un problema mucho mayor.

No tratamos de juzgar tu estado, pero sí de exponerte falsos remedios recurrentes cuando el duelo se complica.

Sin llegar a algunos límites, la ausencia continuada de hábitos saludables (dieta equilibrada, ejercicio y descanso) no te permitirá tener ese cuerpo sano que necesitas para dar soporte a una mente sana, y viceversa.

Sé paciente y pospón los cambios importantes

Como hijo o hija, has experimentado un cambio importante que te exige detenerte, escucharte y expresarte.

Necesitas tiempo para procesar y reubicar la relación que tenías con tu madre, pues tenía unos sentimientos asociados que no se han ido con ella y que debes encajar en otro lugar.

No es momento de que te enfrasques en otros cambios importantes, sino de que mires por ti. U

na mudanza, un cambio de trabajo o tener otro hijo son los algunos de los ejemplos.

El dolor es el mayor testigo del duelo, y no es conveniente que lo atajes escondiéndote detrás de ciertos proyectos, sino que lo asumas y pases los picos de intensidad.

Sé paciente, pues te puede llevar meses, incluso años.

Acude a terapia

Sin tener que llegar a los síntomas propios de una complicación en el duelo, es posible que te sientas muy sobrepasado/a por la situación y que creas que te iría mejor con un/a profesional.

Es normal que lo creas así, pues nadie nos prepara para asumir la muerte de un ser querido.

Puede que te lo hayas planteado, pero que lamentablemente no sea un gasto que te puedas permitir en este momento.

Si no remiten síntomas clave como la incapacidad de asumir tareas cotidianas, habla con tu médico/a de cabecera. Puede derivarte a un/a profesional de la salud mental que trabaje en el sistema público.

Consulta nuestro post “Cómo superar la muerte de un ser querido”, en el que también compartimos estrategias clave que pueden ayudarte en estos momentos díficiles.

Cómo preparar a un niño para la muerte de su madre

Si te estás preguntando cómo preparar a un niño para la muerte de madre has de saber que el duelo infantil es totalmente diferente al de un adulto.

Por ello, te ofrecemos una serie de consejos como:

  • Crea un espacio abierto y honesto de comunicación. El/la niño/a debe sentirse cómodo/a y tener confianza con su papá, su mamá o cualquier miembro cercano de la familia. Ocultarle información es contraproducente.
  • Dale la información que necesita. Además de transmitirle la información con cariño y un lenguaje adaptado pero que evite los eufemismos, no debes agobiarla con exceso de información. Invítale a hacer preguntas para contestar a lo que necesita saber.
  • Avisa sobre los cambios. Si mamá tiene una enfermedad, va a ir experimentando cambios en su cuerpo ante los que el/la niño/a debe estar prevenido/a. Ayúdale a que encuentre sentido a esos cambios.
  • Ofrece apoyo y atención constante. Experimentará inseguridad, incertidumbre y miedo, pero debes hacerle entender que es muy querido/a y que seguirá siendo cuidado/a por quienes le quieren.
  • Pide ayuda. A la familia, al/la terapeuta, al/la orientador/a del colegio, al equipo del hospital… Pide consejos y aglutina la información necesaria como para supervisar si su respuesta se ajusta a la normalidad.
  • Dale oportunidad de despedirse. Es posible que, a su manera, el/la niño/a necesite despedirse. Pregúntale si quiere decirle algo a mamá, hacerle algún dibujo o similar. Si te pide acudir al funeral, piensa si debe hacerlo, prepárale para un momento duro en el que verá a sus familiares adultos llorar y estará expuesto el ataúd.

Conclusiones

Ninguno de los consejos a modo de coaching emocional que leas te ayudarán a que el dolor se vaya antes, pero sí pueden proporcionarte estrategias útiles.

Te hablamos desde la formación y la experiencia que exige el acompañamiento en duelos, a lo que se suman las fuentes especializadas.

Esperamos sinceramente que te haya servido.

PD. Si necesitas ayuda psicológica quizás en tu oficina funeraria más cercana puedan recomendarte un profesional especializado en esta materia.

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