El certificado de últimas voluntades da a conocer los deseos que alguien tenía en vida sobre cómo habría que proceder tras su fallecimiento.
Pero es necesario tener claro qué es, cómo se consigue o cuáles son las últimas voluntades más comunes.
Por ello, hemos escrito este artículo con la ayuda de nuestros compañeros de la oficina funeraria de Madrid.
¿Qué es un certificado de últimas voluntades?
El certificado de últimas voluntades es el documento que acredita si una persona ha dejado testamento y en qué notaría lo ha depositado.
Pero además, ha de pronunciarse sobre qué ha de suceder con el patrimonio y el cuerpo del propio fallecido.
Si no existiera testamento o este fuera nulo, se activarían otros procedimientos en los términos que recoge la legislación como, por ejemplo, la declaración de herederos abintestato.
Figura de la Albacea
Es la persona encargada de velar por que se cumpla la última voluntad del fallecido, así como de custodiar sus bienes hasta que los herederos se lo repartan.
El protocolo para determinar quién es sencillo, pues basta con que la persona incluya su nombre, apellidos e identificación cuando otorgue testamento.
Es aconsejable que el Albacea conozca con antelación que se le ha atribuido tal responsabilidad, pero no es obligatorio.
De todos modos, las funciones del albacea pueden ir más allá puesto que también puede atender la inhumación o incineración del testador, hacer inventario judicial de bienes, administrarlos hasta que se adjudiquen, pagar las deudas y cargas de la deuda con el conocimiento de los herederos, pagar o entregar legados o vender bienes si se estima necesario para pagar deudas.
Además, los albaceas pueden ser de tres tipos:
- Testamentario. Porque están designados por el propio testamento.
- Legales. Cuando es alguno de los herederos legales el que ejerce el cargo.
- Dativos. Cuyo nombramiento corre a cargo de la autoridad judicial si no se hubiera dejado en testamento o los herederos estuvieran en un conflicto abierto.
¿Dónde conseguir el certificado de últimas voluntades?
Lo más cómodo y rápido es tramitarlo a través de la sede electrónica del Ministerio de Justicia ya que se puede proceder con o sin certificado digital.
En caso de querer hacerlo de forma presencial, habrá que dirigirse a la gerencia territorial del mismo Ministerio.
Ten en cuenta que la solicitud no podrá presentarse hasta que no hayan pasado 15 días hábiles desde la fecha de fallecimiento.
El modelo de solicitud que deberá presentar será el 790.
De todos modos, lo habitual es poder obtener el certificado en un plazo máximo de siete días, aunque si se registran picos altos de demanda por algún motivo puede tardar más.
Precio del certificado
Las tasas por la expedición del certificado de últimas voluntades no suelen traspasar los 10 euros, una cantidad que se puede abonar en la Agencia Tributaria o en alguna entidad colaboradora.
De todos modos, este precio puede cambiar en el tiempo y, por este motivo, lo mejor será acudir a una oficina funeraria a informarte.
¿Cuáles son las últimas voluntades más comunes?
Un documento de últimas voluntades puede recoger lo que la persona fallecida quisiera que hicieran con su cuerpo, por ejemplo, cremarlo y esparcir las cenizas por el mar, o enterrarlo junto a otro ser querido en el cementerio de la localidad.
Los deseos tienen que ver, sobre todo, con donaciones.
Donaciones en el certificado de últimas voluntades
Entre las donaciones más comunes que se suelen encontrar en los certificado de últimas voluntades están:
- Donación de órganos. Es un ejemplo de últimas voluntades, pero no es necesario especificarlo porque la ley española considera donantes a todas las personas fallecidas, a no ser que haya hecho constar lo contrario. Si se trata de un menor de edad o una persona incapacitada sí decidirá la familia.
- Donación del cuerpo a la ciencia. Si es su deseo, el cuerpo se puede embalsamar usando sustancias conservantes para conservar órganos y tejidos durante años. Se trata de un gesto altruista por el que no se recibe dinero, y que se puede usar en el ámbito de la enseñanza y al investigación. Sin embargo, la familia puede expresar su deseo de recuperar el cuerpo y organizar el entierro o incineración de forma privada.
- Donaciones a obras de caridad. Por motivaciones religiosas o por principios, una persona puede escoger la opción de donar sus bienes a instituciones dedicadas a obras sociales.